El making off nos muestra que durante un lapso de 14 meses, Fricke y un equipo de cuatro personas se dedicaron a recorrer y filmar un vasto número de locaciones, alrededor de 24 países, teniendo como carta principal diversas postales del Sudeste Asiático, sin desmerecer las cautivantes imágenes del resto del mundo; todo esto entregado en formato de 70mm.

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Como forma de complementar esta osada experiencia conceptual, el director musical Michael Stearns estuvo presente en la travesía por las distintas regiones para aprender y enriquecerse de la identidad musical de cada una de ellas, con el fin de tomar estos elementos y crear una magnífica composición que acompaña y le brinda un valor más espiritual a la cinta, de la mano de distintos artistas, destacando la participación de la cantante Lisa Gerrard.

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La película - utilizando un pulido y detallado lenguaje únicamente visual - nos invita a contemplar la creación y destrucción dentro del planeta Tierra como obra y arte de la evolución humana, y la huella que va dejando tanto en nosotros como en el orbe, en paralelo a majestuosas vistas de la naturaleza.